Vida

Citando a Jackie:

“que valiente eres: anglo+maestria+delta+vida+gimnasio++blog+++++etc

=cómo le haces?”

Y digo yo: bueno, quitamos VIDA de la ecuación y tendremos una idea más clara de lo que sucederá conmigo. No creo que la extrañe mucho, I have never had a lot of it, anyway.

Por supuesto, el gimnasio también tendrá que irse, ya que me estaba gustando… y por supuesto, esto también ocasionará que alguien se infarte. Ni modo.

What I am: an answer

I.

I am what I am.

Listen.

Your ears won’t hear me

****

I am what I am.

Though you would have me

pinned to a wall

like a butterfly in a glass case.

A woman should not move.

Should not want to fly.


II.

I am vulnerable,

I don’t show.

You see wilderness.

Both are mine, and mine alone.

I am fierceness,

to hide the softness away.

You see it

and think: I have defined her.

Yet

I am hard work  and labour.

This you see,

and accept it is my true value.

I am joy

and laughter, and ecstasy,

but my tears

have brought you discomfort before.

III.

You only see a tree in the forest.

Sometimes only a modest leaf.

I am the forest itself.

Darker, powerful.

I have fears. Fantasies.

I am light and desire.

***

Once I read:

“A woman’s heart is like a deep, deep well”.

And the hopes and the fears

I cannot share

crash into your walls

and like an echo they

come back distorted,

amplified.

Meaningless,

unfruitful.

You think we share in the loneliness.

You know me not.

IV.

For you

I should be a butterfly

fixed with a pin

to a glass case.

I haven’t been able to fulfill your dreams.

YOUR dreams.

Listen to yourself.

***

It is a waste of time to cultivate

soul and intellect.

When I should be striving to be captive.

One day like the one before.

***

I never quite understood

how pain could be perpetuated.

How can one wish pain

wish ignorance

and oblivion to another?

V.

My dreams are not yours.

Were things done on your terms?

Did love play a part?

Love’s the only answer I’d take from you.

Love’s the ultimate sacrifice.

It is worth it all.

VI.

Don’t try and make me live

the life that you chose for yourself.

Don’t try and live your life

through me.



Frases irritantes para hispanistas (y anglolinguoletromodernistas!!)

Copio íntegro este correo que me envió Ana Linda. Yo soy anglolinguoletromodernista, jeje, pero creo que este es un problema común a la gente que estudia cualquier disciplina afín:

Reacción de los hispanistas ante ciertas frases…


¿Qué estudias qué? Ah, suena padre… pero, ¿exactamente qué es?
Ante esto, uno se ve obligado a contestar algo sencillo, simplificado, que no vaya a lastimar el cociente intelectual del interlocutor cuando intente descifrar qué es eso de la linguística o el análisis literario… así, la siguiente pregunta que sigue es generalmente la siguiente:

¿Y en qué trabajan ustedes? ¿De veras encuentran trabajo?
Y aquí viene lo bueno… De nuevo, podemos simplificar la respuesta a algo que el ya de por sí agobiado y perplejo interlocutor pueda comprender. Sí, algo así como, bueno, podemos ser correctores de estilo ¿Qué es eso? Ah, son los que corrigen a los ineptos que escriben en periódicos y demás, que no saben escribir…

Ah… así que vas a escribir en un periódico…
Si usted está extenuado para este entonces, responde que sí, o puede optar por seguir en pie de lucha y explicar que, con un poco de suerte, uno no termina escribiendo en un periódico sino…

Bueno, entonces acaban de maestros de español ¿no?
¿Acabamos? Bueno, sí es una de las dignas profesiones que podemos elegir, optar por educar un poco a los pequeños humanos para que algún día no terminen como usted, mi estimado interlocutor…

Ah, así que estudias Español… oye ¿entonces sabes de dónde viene la palabra cucaracha, o por qué se llaman subenirs, y por qué en argentina en vez de suéter se dice pulober?
Por extraño que parezca, los estudiantes de letras hispánicas no somos un diccionario de etimologías, neologismos, anglicismos, galicismos, composiciones, derivaciones, préstamos, y todo aquél fenómeno linguístico que intrigue a nuestro estimado interlocutor. Como todo ser humano, tenemos una capacidad limitada de almacenamiento de información en nuestros cerebros.

Oye, tú que estudias eso… ¿qué quiere decir bolonio? ¿y anadiclosis? Bueno, te tengo una lista de palabras que no conozco, para que me digas qué significa…
Claro, seguramente no conocen un libraco llamado diccionario o tumbaburros… que contiene más de 280 millones de palabras existentes en el español (de las cuales, por cierto, usamos un 10% y gran parte de la población, tan sólo un 5%…) Así que como podrás entender, a menos que yo fuese una base de datos NO conozco todas las palabras del idioma… Sí, aunque estudie letras…

¿Letras? ¿Pero qué le estudian a las letras?
Bueno, uno puede reír jocosamente ante tal pregunta…

Ah, esa carrera es muy fácil, ¿no? No llevan matemáticas ni nada de eso…
Sí, por supuesto, la fonética, el análisis sintáctico, la teoría literaria, la semántica y la pragmática, y la lectura obligada de aproximadamente tres novelas a la semana más artículos linguísticos, es facilísimo… por eso lo escogimos, por fácil.

Órale, ustedes leen mucho, ¿verdad?
Sí, un tanto. Lo mismo que cualquier estudiante decente de cualquier carrera debería leer a lo largo de su licenciatura, generalmente ese es el medio principal para adquirir los conocimientos…

¿Qué estás leyendo, te lo dejaron en la escuela?
Bueno, a veces nosotros leemos cosas por gusto.

No ya, en serio, ¿te lo dejaron en la escuela? Nadie lee Crimen y Castigo por gusto, mira nada más el tamaño de esa cosa… ¿a poco sí lo lees todo?
No, busco en Wikipedia el resumen y hago un análisis de la narrativa y los personajes con base en eso…

Perdonádlos, hijos míos, no saben lo que dicen…

Al leer esto recordé a una  amiga que, cuando iba a salir de la prepa, alguna compañera le preguntó: -Y tú, ¿que vas a estudiar?-, a lo que mi amiga respondió: -Letras Hispánicas-. -¡Pero si tú tienes muy fea letra!- Ya decía yo que estudiar Letras Inglesas era una mala idea.

Porque además el otro día, una tía me dijo que no se podía comparar la carrera que había estudiado mi hermana (Veterinaria) con la mía. La mía era fácil, y por eso pude tener tres empleos y aprender un montón de idiomas inútiles como el ruso y el alemán, etc. Al final no pude menos que reírme, y decidir tomar las cosas, como quien dice, de quien venían:  de someone who wouldn’t read a book to save her life.


And nine years passed by: February 7th, 2000 – February 7th, 2009.

Tengo muchísimas ganas de escribir, y muchas ideas, pero por otro lado, me rebelo ante la vida un poco. Una vez más quisiera correr, pero no sé a donde.

Me pasan cosas, y a mis reacciones, sentimientos y temores los veo a veces como los de una adolescente.  Entro y salgo de una crisis que ahora más que nada tiene que ver con la libertad de decidir qué hago con mi vida y con mi tiempo. Desde que tengo un trabajo “estable” siento que no tengo control sobre ninguna de las dos cosas, y es una sensación muy desagradable. O he optado por “robarme” horas aquí y allá, y si bien a veces me parece incorrecto no puedo dejar de defender mi espacio para vivir.

La conversación que tuve con Jacqueline sobre Patricia. La conversación que tuve con Betty ayer sobre Patricia. La conversación que tuve con Alberto sobre Patricia. Han pasado nueve años. ¿Para beneficio de quién estoy trabajando? ¿A quién le estoy vendiendo las horas de mi vida? ¿Para qué?

Sentir que mi vida es un caos. Que traigo arrastrando el exilio que dejé aquí, que me llevé a Inglaterra, que me traje de vuelta.

Alberto me dijo que es hora de moverme. Que no es bueno decidir en crisis. Betty me ha dicho, once and once again, que estoy desperdiciando mi inteligencia y mi capacidad, me lo dijo una vez mas ayer. Que siempre aprende cosas de mí, hablando conmigo, cuando fui su maestra… pero que estoy desperdiciando mi vida.

Hablar las cosas no me ayuda a aclararlas. Quiero hacer tantas cosas, pero ya no quepo en el hueco que dejé cuando me fui. A lo mejor mi error es haber insistido en regresar a una vida que desde hacía mucho ya no me ofrecía nada. No poder decidir dar el paso y cambiar. No poder desprenderme. Creer que no puedo hacer otra cosa: el trabajo me dio mucho, la oportunidad de sacar adelante la universidad y la oportunidad de volar a otro mundo, la oportunidad de crecer. Pero ¿de verdad me dio algo? ¿No es hora de que me dé cuenta de lo mucho que vale todo lo que he hecho, todos los sacrificios, nueve años de trabajo? ¿Aceptar el valor de mi esfuerzo?

Quiero entrar a la maestría, quiero hacer el Delta, quiero trabajar, quiero aprender otros idiomas, quiero hacer ejercicio, quiero regresar a Europa en verano. Pero tengo miedo. Yo sé que podría hacer todas esas cosas. Ya lo hice durante 6 años de mi vida. Podría volver a hacerlo. Una y mil veces. Y una y mil veces evitaría pensar en las cosas que no funcionan, en las tristezas y las decepciones, y en la soledad.

Ya no quiero esa vida. No la quiero y puedo ver que me equivoqué. Me equivoqué al pensar que podría regresar a la vida que había dejado atrás y seguir como si nada, cuando yo sabía perfectamente que la Patricia que se fue y la que regresó eran dos personas distintas.

Hablé con Jacquie sobre esto. Me dijo lo que piensa. Que soy una persona muy racional que le da muchas vueltas a las cosas y que solo da el paso cuando sabe exactamente donde va a pisar. Pero que esto no significa que no exprese lo que siento, que soy muy sentimental. Que dar el paso aquel es lo que me está costando trabajo, pero tengo que darlo. (¿para dónde?)

Me dijo que no me gusta la rutina, que soy intelectually challenged (me reí mucho al explicarle que me estaba diciendo justo lo contrario de lo que quería decir (que me gustan los intellectual challenges): nunca nadie me había dicho que era tontita :p ), es decir, que siempre estoy buscando aprender cosas nuevas, cosas que representen un reto. Y que cuando siento que me estanco, me voy. Que por eso me fui un día a Inglaterra, y por eso también regresé, y que me voy a volver a ir. (¿a dónde?)

Y por último me dijo que tenía que pensar muy bien algo: cuando uno empieza a hacerse de cosas (Como una casa o un coche, etc. O quizá cientos de libros. O quizá culpas…), empieza a apegarse, empieza a echar raíces. Me dijo: “Piensa si quieres echar raíces aquí”.

Lágrimas.

“No quiero echar raíces sola”, le dije. Me miró con tristeza.

No tengo raíces. No tengo a dónde ir. No puedo echar raíces en ninguna parte, y me pregunto si podré hacerlo alguna vez. No sé, si como dijo Frida Kahlo, yo tenga alas para volar. No sé si aun pueda emprender el vuelo de nuevo. La hiedra se me enredó en las alas y no estoy segura de tener las fuerzas para zafarme.

Mi oscuro pasado, jajaja

Ayer estaba platicando con Ireri en el messenger acerca de mi clase de japonés (la cual, debo confesar, está en chino), y le dije que para evitar que el maestro me odie mas de lo necesario y deje de verme con cara de “no puede ser que no entiendas nada”, me pongo a hacer los ejercicios del libro antes de entrar a clases para ya medio saber de qué carambas está hablando.

Entonces Ireri me respondió algo así como: “Pues claro, si no no serías la Paty que yo conozco”. Le pregunté a qué se refería con esto y fue entonces cuando me enteré de que desde que me conoce siempre ha creído que soy de la especie estudiosa. ¡Casi me da un infarto!

Le expliqué que nunca he estudiado para las clases, y que de hecho siempre he hecho la menor cantidad posible de tarea y trabajos, y me preguntó sorprendida que cómo le hacía entonces para que los maestros me amaran. Y la respuesta es que no sé. Creo que he sido una mezcla de varias cosas. Nunca he necesitado estudiar porque con asistir a las clases me basta. Pero cabe la aclaración de que aun en clases me cuesta bastante trabajo poner atención. Recuerdo que en alguna ocasión me diagnosticaron hiperactividad. En la escuela siempre estaba escribiendo poemas o cartas mientras los maestros hablaban, pero siempre que me preguntaban tenía la respuesta. Por eso si se daban cuenta de lo que estaba haciendo o no, parecía no preocuparles mucho. Claro que siempre a fin de año me mandaban a dar la vuelta al patio o me ponían a hacer algo para que no distrajera a las demás, que si iban a presentar exámenes finales.

Claro está que Ireri no me creyó. Sólo le dije que no tendría por qué mentirle. La verdad es esa. Supongo que también es un poco la habilidad de fingir que uno sabe de lo que está hablando aunque no sea así o sólo sea así parcialmente. Mi ejemplo más claro siempre es y será mi clase de ruso. Natalia siempre, SIEMPRE, creyó que yo lo sabía todo. Y nunca supe por qué, porque lo cierto es que los primeros tres o cuatro meses de ruso si le echaba ganas y si medio estudiaba, pero después entré a trabajar al Anglo y con dos trabajos y la facultad, ya no me quedaba ni tiempo ni energía para el ruso. Pero desde entonces Natalia siempre creyó que yo sabía, lo cual por un lado era bueno porque no me preguntaba tanto.

Por un lado está esa extraña habilidad que poseo, y por el otro lado hay muchisisisisisisisíma suerte. Recuerdo un día, también en la clase de ruso, cuando estábamos en tercer nivel. Nuestra profesora, Victoria, se había roto un tobillo, creo, y la que nos daba clases era Svetlana, que era muuuuuuuuuuuy estricta y no particularmente paciente. Cada vez que ella me preguntaba algo no se si por inspiración divina, pero siempre le atinaba a la respuesta correcta, a veces sin ni siquiera saber qué estaba diciendo. Pero una vez de esas si fue memorable. Recuerdo que llegué tarde a la clase y habíamos estado estudiando los verbos de movimiento. Resulta que los rusos, cual instrumentos de tortura, inventaron que el verbo IR no era suficiente para expresar la idea de “ir”, y se les ocurrió una multitud de verbos: hay uno para IR en tren, para IR en barco, para IR en avión, para IR a pie. Ya sé, ya sé, en español también tenemos navegar o volar, por ejemplo. Pero lo que no tenemos son verbos perfectivos e imperfectivos y los prefijos que acompañan a los dichosos verbos, porque no es lo mismo ir pero no entrar, o irse derechito o ir haciendo paradas o haber ido sin que el que habla sepa si hemos llegado o no, etc. Y todo eso lo expresan las mugrosas preposiciones que van como prefijos de los verbos. Retomo mi relato. Llegué tarde y Svetlana me hizo una pregunta: todo lo que hice aquel día desde mi casa hasta el CELE (por supuesto, utilizando los cochinos verbos esos). Primero creo que vi toda mi vida pasar ante mis ojos, pero luego me armé de valor y empecé a hablar. No sé ni que dije pero sólo recuerdo la cara maravillada de Svetlana porque no se cómo le atiné a todos y cada uno de los verbos y prefijos… y desde entonces me amó. Nunca lo olvidaré, porque recuerdo que hasta pensé que, donde me hiciera repetir lo que acababa de decir, no hubiera podido.

Y así ha sido mi vida, una mezcla de mucha suerte y de saber cómo usarla.

Para eso hace falta ser inteligente… MUY inteligente.

Y poco modesta.