¿¿Juventud??

Hoy por la tarde me quedé a ayudar a Jacquie a observar las prácticas de los alumnos del Teachers’.  Llegué un poquito tarde porque habíamos ido por un café y habíamos tenido una conversación sobre mí; recogí mis cosas y me dirigí al ahora salón 4. Entré al salón y las chicas ya estaba listas para empezar su clase.

Patricia entró con la mochila, bufanda alrededor del cuello, chamarra colgando del brazo izquierdo, café en la mano izquierda, y papeles en la derecha; por tanto era un poco torpe, jaja.

Cuando por fin terminé de acomodarme, me preguntaron si no quería poner mi mochila en otro lado, a lo que respondí que no. Me preguntaron si iba a estar en la clase, y por supuesto respondí que sí. Pasaron varios segundos que a ellas deben haberles parecido eternos a juzgar por su expresión y entonces comprendí: seguían esperando a que llegara el observador. Les dije que yo iba a observarlas y se miraron unas a otras con incredulidad, y una hasta me preguntó: ¿de verdad?

Sí, de verdad.

Cuando salí de la observación les conté a Jacquie y Rebeca el episodio, y después de reír por horas, Rebeca sugirió que la próxima observación me pinte unas canas y unas arrugas.

Me cayó en gracia que después de 9 años me siga pasando: cuando empecé a trabajar y una maestra de alemán subió a regañarnos por hacer mucho ruido y al no ver a ningún adulto responsable se fue a quejar a la dirección; cuando apenas entré al Anglo y el guardia no me dejaba salir; cuando en una de las escuelas en Inglaterra no me quisieron prestar un salón porque necesitaba acompañarme un adulto…

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