Reflexión

Pues en estos días han pasado cosas buenas. A ellas me aferro. En estos últimos días he tratado de deshacerme de lo que siempre he sido, consciente de que la historia que me he contado sobre mí misma no es toda la verdad.

Ahora empiezo a ver el otro lado de la moneda: no todo ha sido trágico ni doloroso, ni toda mi vida infeliz. No he estado siempre sola y merezco y valgo mucho más de lo que he creído siempre. Estoy viva y estoy bien. Sobreviví a lo que nunca creí que podría sobreponerme, y, aunque aún a veces me duele, me siento más entera. Sé que toda mi experiencia ahora me hace lo que soy.

Puedo leer más el dolor de la gente y el propio. Ahora sé que no estoy sola y que mi experiencia es universal.

Creo que puedo seguir adelante en esta travesía y que aún me faltan muchos sueños por cumplir y mucho amor que compartir. Tengo que ser más fuerte que aquello que me lastimó para salir adelante, para vivir mejor, para ser mejor persona.

Estoy aprendiendo a deslindarme de responsabilidades que no me corresponden. Cargar con todo no me hace mejor ni más grande. No me ayuda, ni ayuda a los demás a crecer.

Estoy cansada de ser infeliz y de creer que es mi destino en la vida serlo. No es cierto, y veo ahora que así como me contruí en algún momento aquella vida dramática, tengo la oportunidad de construirme una nueva, no exenta de obstáculos, pero sobre la que puedo decidir. Ningún error es para siempre. Siempre queda la oportunidad de levantarse y caminar, cada día es una nueva oportunidad de crecer y de retomar, de crear y de destruir lo que ya no sirve.

El amor me guiará. El amor a la vida, el amor a mí misma y el amor a los demás y de los demás.

Me comprometo conmigo porque soy todo lo que tengo. Y por eso soy para mí y para otros.

A new life starts today.